Ambos representan la proyección mundial de un equipo que se ha instalado en la élite del fútbol en la última década
A Leo Miyagata (15 años) y Yamashita Koshiro (7) les separan ocho años pero les une un mismo sentimiento. Su pasión por los colores azulgrana representa la proyección de un Barça global, ejemplificada en Japón, durante una última década repleta de éxitos.
Cuando Leo Miyagata fue captado por las cámaras de televisión en 2006 llorando tras la derrota en la final de Yokohama el FC Barcelona comenzaba a instalarse en la élite del fútbol mundial. Se acababa de ganar la segunda Champions de la historia del Club, pero aún no se había logrado ningún Mundial de Clubes.
Ahora, nueve años después, el Barça puede presumir de tener dos en su palmarés y de estar a 90 minutos de obtener el tercero. En esta década se ha evolucionado hacia un Club ganador, capaz de levantar Ligas de Campeones, Ligas y Copas del Rey, entre otros títulos, con un estilo de fútbol que ha causado admiración en todo el mundo.
También en Japón, donde niños como Yamashita Koshiro muestran su barcelonismo con orgullo. Una de las imágenes que quedará para el recuerdo de este Mundial de Clubes es la de Yamashita cantando el himno ante la presencia de jugadores, 'staff' y prensa, días antes de emocionar a todos con un discurso de bienvenida en catalán con motivo de la visita de la Junta Directiva a la FCB Escola de Katsushika.
La proyección del FC Barcelona en el mundo también se explica a través de estas FCB Escoles. En Japón ya son dos -la otra está en Fukuoka- las que reúnen cientos de niños que se educan y aprenden a jugar al fútbol a través del Barça. El sentido global del Club es una realidad consolidada, tal como demuestran dos generaciones de jóvenes japoneses, ejemplificados a través de Leo y Yamashita, quienes coincidieron en la llegada al campo antes de la semifinal contra el Guangzhou Evergrande.