
Sustituto de Brocic, dirigió al primer equipo media temporada, en el ejercicio 1960/61
Nacido en Peñacastillo (Santander) en 1921, Orizaola fue un centrocampista de gran técnica que dejó su huella en el Racing durante siete temporadas (1941-1948). Ya como entrenador, llegó al FC Barcelona en 1960 en calidad de ayudante del técnico del primer equipo, el croata Ljubisa Brocic.
El técnico de la infausta final de Berna
A pesar de contar con figuras de la talla de Ramallets, Segarra, Gensana, Kocsis, Kubala, Czibor, Suárez y Evaristo, aquel Barça estaba inmerso en una crisis deportiva y Brocic fue destituido el 12 de enero de 1961. Su sustituto natural no podía ser otro que Orizaola, hasta entonces en un discreto segundo plano pero especialmente querido por los jugadores. Sin ninguna opción en la Liga, con el técnico cántabro en el banquillo todas las miradas se posaron en la Copa de Europa, donde en noviembre se había eliminado en los cuartos de final al pentacampeón Real Madrid. Los hombres de Orizola consiguieron dejar fuera al Spartak Hradec Kralove y al Hamburgo, este último con muchas dificultades.
Así, el Barça llegó a la final de la Copa de Europa de Berna ante el Benfica con la condición de favorito, pero aquel 31 de mayo de 1961 la mala suerte se cebó sobre el equipo azulgrana. Fue la maldita final de Berna, que el Barça perdió por 3-2 tras estrellar cuatro balones en los postes cuadrados y con un gol en propia meta de Ramallets. Al terminar el partido, Orizaola, muy afectado, declaró: "Nunca había visto nada parecido, somos los campeones de la desgracia."
Corazón cántabro y azulgrana
Terminada la temporada dejó el Barça y emprendió una peregrinación por varios equipos de la geografía española, ya que entrenó al Osasuna, Oviedo, Levante y Deportivo, entre otros. En 1983 volvió al FC Barcelona como miembro del staff técnico azulgrana, dedicándose a coordinar la red de informadores y a estudiar a rivales y jugadores. Siete años después ocupó la gerencia del Real Zaragoza y la temporada 1993/94 terminó su carrera como secretario técnico del Albacete.
Orizaola, un técnico de amplios conocimientos, pudo tocar la gloria en Berna pero el destino no quiso. Pero este cántabro que sabía tratar a sus jugadores y que amaba a su tierra siempre sintió los colores azulgranas y lo hizo hasta la muerte.